La historia comienza con la protagonista hospitalizada por problemas de inestabilidad emocional relacionados con la anorexia que padece. Poco a poco ella empezará a escribir canciones como terapia frente a la depresión. Tras abandonar el hospital, Eve decidirá seguir con esta recién descubierta afición, por lo que viajará a Glasgow, y junto a dos músicos que acaba de conocer, James y Cassie, luchará por tener éxito.
Murdoch, un gran experto en música, no duda en reflexionar sobre la situación de este arte con frases como "el pop está en crisis desde 1969", tal y como explica nuestro crítico, Gerard Casau. En su crítica también hace hincapié en los apuntes al natural pseudo-biográficos, que hace el realizador, como "la descripción de la fragilidad e inseguridades del músico primerizo y torpe, que debe defender sus composiciones en un escenario hostil, deja entrever una herida que todavía escuece".

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